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Del testimonio de ‘El Diablo’ a las fotos en la Casa Blanca: las evidencias en el juicio a García Luna

Un documento de la corte revela nuevos detalles sobre la lista de narcotraficantes listos para declarar contra el exsecretario de Seguridad y las estrategias de sus abogados para desacreditar los testimonios

Elías Camhaji
El exfiscal de Nayarit, Edgar Veytia, "El Diablo", y el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
El exfiscal de Nayarit, Edgar Veytia, "El Diablo", y el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.RR SS / AP

Fotografías con altos funcionarios de la Casa Blanca, una prohibición para hablar de teorías de conspiración sobre extraterrestres y varios nombres de narcotraficantes dispuestos a confesarlo todo en la Corte. Esas son algunas de las claves alrededor de las nuevas evidencias que se presentarán en Nueva York durante el juicio contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México. El último documento firmado por el juez Brian Cogan adelanta detalles hasta ahora desconocidos sobre lo que se puede esperar del proceso judicial y tiene pasajes incluso desconcertantes al establecer las reglas en las estrategias legales de ambas partes.

El juicio contra García Luna avanza en Estados Unidos con la mira puesta en la audiencia de alegatos iniciales programada para el próximo lunes y con un pronóstico de tormenta política en México durante las ocho semanas que se espera que dure el proceso. Es el caso de más alto perfil contra un funcionario mexicano en la historia y una causa que atraviesa los Gobiernos de tres presidentes: Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018). Se sienta en el banquillo de los acusados la guerra contra las drogas y casi dos décadas de sospechas sobre el contubernio de las autoridades con los mayores carteles criminales.

El antiguo jefe de la Policía Federal, sin embargo, también colaboró muy de cerca con las autoridades estadounidenses. Trabajó codo a codo con la DEA y el Departamento de Seguridad Interior, tuvo reuniones con secretarios de Estado y aspirantes a la presidencia, recibió fondos de Washington para apuntalar el aparato de seguridad del país latinoamericano. Los fiscales han tenido mucho cuidado para que el juicio no produzca daños colaterales en el terreno político de este lado de la frontera. Es exactamente lo contrario para la defensa. Los abogados de García Luna quieren sembrar una duda en el jurado que tendrá en sus manos el futuro de su cliente: ¿Cómo es posible que se pueda acusar a esta persona de colaborar con los carteles si tenía una relación laboral estrecha con los altos mandos de Estados Unidos? Habrá dos versiones en curso de colisión. La defensa sostiene que García Luna es un político. La Fiscalía afirma que es un narco.

El juez concedió que el exfuncionario pueda mostrar a los jurados cinco fotografías en la audiencia de apertura con políticos estadounidenses. En la lista de personas que interactuaron con García Luna está el expresidente Barack Obama; la ex secretaria de Estado Hillary Clinton; el excandidato republicano a la presidencia John McCain; tres exdirectores de la CIA, jefes del FBI y la DEA, entre otros.

Genaro García Luna junto a Carlos Pascual, ex embajador de EE. UU. en México el miércoles 24 de noviembre de 2010.
Genaro García Luna junto a Carlos Pascual, ex embajador de EE. UU. en México el miércoles 24 de noviembre de 2010.Alexandre Meneghini (AP)

Fue una victoria, sin embargo, parcial para la defensa. El juez le impidió que presentara comentarios positivos y elogios que le hicieron durante su gestión. “Son opiniones hechas por funcionarios del Gobierno en circunstancias políticas”, señaló Cogan, el mismo que condenó a Joaquín El Chapo Guzmán en julio de 2019, para descartarlos como evidencia. García Luna tampoco podrá hacer referencia al caso contra el general Salvador Cienfuegos, secretario de Defensa de Peña Nieto, que fue detenido en EE UU en octubre de 2020 y poco después exonerado en México. Sus abogados querían hablar del fiasco de la liberación de Cienfuegos como un ejemplo de “procesamiento selectivo” y de que las acusaciones se desprenden de una cacería de brujas.

“Vamos por ustedes”

El documento judicial también deja entrever algunos nombres que aparecen en la lista de más de 70 testigos colaboradores de la Fiscalía. Édgar Veytia, el exfiscal del Estado mexicano de Nayarit, es uno de ellos. Conocido como El Diablo o La Bestia, Veytia fue sentenciado a 20 años entre rejas tras el fallo de la Corte del Distrito Este de Nueva York, la misma donde se procesa a García Luna. “Ni los líderes de los carteles mexicanos ni los funcionarios corruptos que los apoyaron deben dormir tranquilos esta noche. Vamos por ustedes”, se lee en el comunicado de las autoridades estadounidenses de cuando el exfiscal fue sentenciado en septiembre de 2019.

Sergio Villarreal El Grande es otro nombre que se ha destapado. Villarreal, un antiguo agente de la Policía Federal que mide más de dos metros, fue detenido en México en septiembre de 2010 y extraditado a Estados Unidos seis meses antes de que Calderón concluyera su presidencia. Se le acusó de colaborar con el Cartel de Sinaloa, el mismo grupo delictivo con el que se vincula a García Luna, pero también se coludió con Los Zetas, el Cartel del Golfo y el Cartel de Juárez.

Hay una lista amplia de narcotraficantes vinculados con El Chapo. Jesús Rey Zambada, hermano menor del cofundador del Cartel de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada, está dispuesto a volver a apuntar el dedo contra García Luna para aspirar a una pena reducida de cárcel. Zambada fue un testigo clave en el juicio contra Joaquín Guzmán y sus declaraciones se centraron en los pactos de corrupción con las autoridades. El Rey dijo que dio sobornos millonarios a García Luna, una acusación que se repite varias veces en los escritos de la Fiscalía.

Está llamado a repetir en el estrado también Alex Cifuentes, un capo colombiano que ha sido referido antes como la mano derecha de El Chapo. La defensa cuestionó que Cifuentes fuera un testigo competente porque, aparentemente, tiene creencias “heterodoxas” sobre la existencia de extraterrestres y teorías de conspiración, pero el juez los paró en seco. “Hacer preguntas sobre los aliens y los Iluminati distraería al jurado, confundiría el fondo del caso y sería un desperdicio de tiempo”, aseguró Cogan.

Otra de las estrategias de la defensa para desacreditar a los testigos cooperantes es argumentar que uno de ellos supuestamente incurrió en actos de canibalismo. Cogan se opuso bajo un argumento similar al caso de Cifuentes. “El marginal valor probatorio de este hecho [el canibalismo] es sustancialmente menor a la naturaleza incendiaria de la conducta mencionada”, dijo el juez. Los abogados de García Luna tampoco podrán poner en tela de juicio la credibilidad de los testigos por acusaciones previas de abuso y acoso sexual ni de violencia machista.

La baraja de testigos posibles que se desprenden del documento se completa con perfiles como Francisco Cañedo Zavaleta, antiguo delegado de la Agencia Federal de Investigaciones, que dirigió García Luna durante el Gobierno de Fox. De confirmarse que tomará el estrado, se anticipa que, además de poner bajo el microscopio su papel en la Administración de Calderón, se escudriñará su desempeño durante otros mandatos. Se menciona también a capos que fueron parte del Cartel de los Arreola, un grupo relativamente menor liderado por tres hermanos que, no obstante, llegaron a ser objetivos prioritarios para la DEA hace dos décadas. Al tratarse de decenas de testigos, lo más probable es que no se cite a todos a declarar en los dos meses que dure el juicio.

Las partes han descansado este viernes. El juez Cogan no trabaja este día ni el fin de semana y solo encabezará sesiones diarias de lunes a jueves. La próxima semana arranca con los alegatos iniciales: la primera oportunidad de los fiscales y la defensa para conmover y convencer a los 12 miembros del jurado.

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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